Esta es una casa pensada para una familia de la ciudad de Buenos Aires como vivienda de fin de semana. Está situada en un barrio cerrado a 30 km del centro de la ciudad, en un lote de unos 600 m2. La casa se diseñó para que tuviese una planta baja libre que integra a una secuencia de espacios. Estos son el estar, la galería, la pileta y el jardín que miran hacia el campo de Golf. El espacio principal está definido por dos elementos, la escalera que es una secuencia de piezas de madera flotantes y un prisma del mismo material. Éste volumen divide el estar de la cocina pero está separado de los bordes para no perder la fluidez del espacio.
Se completa la planta baja con una pieza de hormigón de 2.4 m de altura que contiene acceso, garaje y un volumen de servicio revestido con una celosía de aluminio negra.
La planta alta, que contiene la parte privada de la vivienda, se diseñó como una caja que apoya sobre el nivel superior de la planta baja. Ésta contiene dos dormitorios en suite y un dormitorio principal, todos con vista al jardín y al campo de golf. A su vez, una serie de celosías de aluminio negro corredizas otorgan mayor privacidad y resguardo del sol a los dormitorios.
Se utilizaron materiales nobles como hormigón, aluminio, vidrio, mármol y porcelanato en tonalidades grises y negras. Colores sencillos que al combinarse con la calidez de las maderas laminadas se logra una paleta equilibrada.
Se estudiaron las orientaciones para tener iluminación natural en todos los ambientes y se diseñaron aleros y celosías para protegerse del sol en el verano. Las paredes de hormigón se revistieron con un muro cerámico interno para no perder la capacidad de aislación y las aberturas son de aluminio con DVH y RPT, parámetros de sustentabilidad que son parte de nuestro pensamiento arquitectónico.
Cada operación de diseño, proporción y material fue pensado buscando armonía, belleza y para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.