Esta vivienda se emplaza en Capital Federal en el barrio de Villa Luro. La casa fue diseñada priorizando la comodidad para el uso cotidiano, y centrándose en consolidar espacios amplios y luminosos. A nivel morfológico, la idea fue configurar dos volúmenes superpuestos en los que se realizan operaciones de sustracción disponiendo patios interiores que articulan los distintos espacios. Estos patios conceden iluminación y ventilación, a la vez que aportan a la casa una sensación de contacto con el verde. Un concepto fundamental fue la división programática diseñando un gran área de servicio, independizándose del resto de la casa.
La seguridad fue otra de las prioridades, por lo que la fachada de frente se resguarda de la exposición de la calle mediante un portón de grandes dimensiones dando privacidad y control de las visuales. En la planta superior se ubica el programa de mayor privacidad, disponiendo el dormitorio principal y el de invitados orientados hacia el fondo con vistas a la pileta y el sector de servicio hacia el frente.